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Explorando identidades a través del baile en pareja

Writer's picture: Sindi ObandoSindi Obando

A través del tiempo, en la historia de la humanidad nos encontramos muchas veces con una de las más grandes contradicciones en la percepción de la realidad: La dualidad y la unidad. Cómo humanos, tendemos a interpretar lo que nos rodea como dos opuestos, arriba y abajo, izquierda y derecha, día y noche, sol y luna, blanco y negro, luz y oscuridad, bueno y malo, femenino y masculino. Sin embargo, también hay algo en lo profundo de nuestras conciencias que nos dice que hay una unidad, que esos opuestos solo son expresiones de algo más grande.


En la danza, especialmente en el baile de pareja, podemos verlo en los roles líder y seguidor. Hay que recordar que el baile es como la vida y que es una de las expresiones de nuestra forma de percibir al mundo. Acorde a eso, el rol del líder se le ha atribuido al masculino y el seguidor al femenino.


  • Para mí, esa distinción no solo es correcta, sino necesaria y es la forma en la que la danza en pareja debería expresarse siempre y para siempre.

Pero ojo, femenino y masculino son energías, son caracteres, son formas diferentes de expresar y percibir la misma cosa, son cosas relacionadas, pero también separadas de lo que llamamos hombre o mujer y así cómo la sociedad ha ido desligando los conceptos de feminidad y masculinidad con el sexo o la orientación sexual, también lo ha hecho la danza y es muy interesante ver cómo eso nos ha dado verdadera libertad.



Más que definir, limitar, nombrar lo que somos o no somos, recordemos que primero que nada somos un ser humano, cómo ser humano, tengo las dos expresiones: masculina y femenina, independiente de la configuración de mi cuerpo. Tener la LIBERTAD de escoger con cual carácter me identifico más, cual energía quiero expresar o explorar en cierto momento debería ser siempre el objetivo final. Por favor no olvidemos esto, no se trata de imponer, se trata de liberarnos de las limitaciones.


Como mujer, siempre me he sentido cómoda con la feminidad. Sin embargo, muchas de las mujeres latinas se identificarán conmigo cuando les diga que hubo un momento en mi vida donde no quería que mi feminidad me hiciera ver débil o común. Entonces corté mi cabello, porque no quería que me dijeran que las mujeres tenemos cabello largo, dejé de usar rosado, aunque me encantaba, porque no quería verme como todas las chicas básicas, me sentía incómoda pidiendo ayuda u ofendida cuando me abrían la puerta, me daban permiso o me pagaban la cuenta. Yo debía ser una mujer fuerte e independiente, o al menos eso sentía. Siempre sentí que usaba una máscara y en ese momento, bailé.


Las primeras clases de baile, fueron muy raras. El que mi rol fuera el de “seguir al hombre” me hacía sentir inferior, con menos responsabilidad, como que era menos importante ¿Por qué él lidera y yo no? Me preguntaba. Luego de un tiempo, me di cuenta que seguir, no es en realidad seguir, es más percibir, es más ser sensible y mi responsabilidad no solo es recibir o reflejar, sino incrementar, transformar, expresar. Me choca cuando profesores de baile relacionan seguir con cosas como sumisión, pasividad, “rendirse al líder”, no les hagan caso cuando escuchen cosas así por favor, normalmente son palabras que usan profesores que nunca han sido seguidores.


Una vez hablé con mi pareja de baile, explorando la idea de por qué a él le gusta liderar y pensé que me diría: porque me gusta tener el control, porque soy dominante o algo así, y me sorprendió con la respuesta tan linda que me dio:

“Porque me gusta servir, cuando lidero le sirvo al arte y al baile a través de mi pareja. Me siento como un pintor, pero mi pincel y mi pintura son el cuerpo de mi follower”.

Seguir es todo lo opuesto a ser pasivo, es ser transformador y eso nos da una importancia muy grande. Tanto, que el líder en realidad nos guía para servirnos, para ayudarnos, no porque seamos “débiles” o no podamos liderar, sino porque somos el canal de la verdadera expresión. Los movimientos corporales siempre son más grandes y más exigentes para los seguidores porque somos el arte del baile en pareja.


En ese sentido, el baile me ayudó a explorar mejor mi energía femenina, volver a mí y saber que está bien dejar ir, no tener el control siempre, no ser independiente siempre y simplemente disfrutar de mi lado femenino sin su lado tóxico. Y lo mismo pasa con mi lado masculino.


El baile es como la vida y es muy bonito ver cómo evoluciona casi al mismo ritmo de cómo evoluciona nuestra conciencia colectiva como seres humanos. Cada vez es más común ver mujeres que lideran u hombres que siguen, incluso ver personas que son ambiroll, la tendencia del rollrotation y las posibilidades que eso trae que enriquecen tanto la experiencia de baile.


El baile en pareja es LIBERTAD.


Sindi Obando 💃

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